Tengo 108 años de espectro, documente gran parte de mi vida en mis pequeños diarios, papeles, servilletas y demás. Estuve casado con Roberta, legalmente seguimos estándolo, pero ella me abandono cuando se canso “mis ideas confusas” y “mis continuas divagaciones”. El juez no pudo entender mi situación y me negó todo lo que pude pedir, solo conserve a mi fiel perro, Felpudo.
Ni mi mujer, ni el juez, mis profesores o alguna persona logro entender el objetivo de mis frases o aforismos. Fui reprobado en todas las cuestiones morales.
(Este es un fragmento de mi vida)
El CIPAYO
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jueves, 24 de abril de 2008
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